martes, 30 de octubre de 2007

Jazz de cámara



Nada nos acompaña mejor a la hora de hacer las tareas domésticas que un buen disco de jazz. La vida adquiere otros valores, y nos metemos mucho más en nuestro papel (ése que que a veces nos cuesta aceptar como el nuestro).
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La música nos ayuda a sentirnos como nunca protagonistas de nuestra propia película. Con una banda sonora como fondo, actividades como barrer, hacer las camas o fregar los cacharros dejan de ser labores rutinarias o meramente maquinales para recobrar la novedad y convertirse ellas mismas en música, nuestra música, la que nos sale de dentro, nuestra vida.

Esta mañana, mi banda sonora ha sido Out There, de Eric Dolphy; un magnífico disco que aconsejo especialmente a quienes, al margen de su impresionante labor junto a su colega de alma Charles Mingus, desconozcan y quieran acercarse un poco más a este extraordinario intérprete, uno de los más innovadores de la historia del jazz.

Out There es su segundo álbum, grabado en 1960, cuando aún tocaba con Mingus y poco antes de asociarse con Ornette Coleman para grabar las míticas sesiones de Free Jazz. Una maravillosa ensoñación. Jazz altamente espacial. Poesía pura hecha música. Y una formación revolucionaria: Eric Dolphy, saxo alto, clarinete, flauta travesera y clarinete bajo; Roy Haynes, batería; George Duvivier, contrabajo; y un jovencísimo Ron Carter (tenía 23 años recién cumplidos) al violonchelo. Un cuarteto irrepetible para un trabajo inclasificable.

En él afloran nítidas, entre atmósferas de majestuosa hondura, las mejores cualidades del prodigioso multiinstrumentista que fue Eric Dolphy.

Y, como contrapunto, el vuelo libre y abundante de Ron Carter, sus duetos junto a Duvivier y, cómo no, la presencia espiritual en todo el álbum del grandísimo Charles Mingus.

¿Quién diría que esa portada futurista, daliniana, es la de un disco de jazz de principios de los sesenta?

Out There. Por ahí. No se puede ver más claro ni arriesgar tanto al mismo tiempo. Insuperable.

Gracias, Eric, Ron, George y Roy, por ayudarme una vez más en mis tareas domésticas.


OUT THERE
Prestige/New Jazz Records




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Grabado en Van Gelder Studio, Englewood Cliffs, New Jersey, el 15 de agosto de 1960 y remasterizado por el propio Rudy Van Gelder en 2005.

4 comentarios:

Esther dijo...

Te fijas mucho en los colores. En esta entrada has diseñado un paralelismo de tonos entre tu texto y la portada. Tonos amarillos, anaranjados, rojos. Es curioso.

Todavía no he podido oír Out There pero lo tengo como asignatura pendiente.

Por cierto que me ha encantado tu "Tributo a una jazzwoman".

John Lester dijo...

Sebastián, gostei muito do seu blog. E obrigado pela visita ao Jazzseen.

Grande abraço, JL.

Esther dijo...

Después de leer sobre Out There, he ido al Fnac a comprar el disco pero no lo tenían. He decidido comprarme otro de Dolphy: Out To Lunch. Imprescindible! Libre y vanguardista. Para limpiar la casa mola un montón! Y después de la tormenta viene la calma. ¿Qué tal Miles Davis en Cookin' para cocinarme un hervidito? Magnífico.

Por cierto, con calma, me pongo muy pronto los dibujos animados de jazz! Felicidades porque me parece un artículo muy bueno.

Y es que tu todo lo haces bien!!!!

Sebastián Mondéjar dijo...

Esther: Me alegro de que hayas dado con "Out to Lunch", es un gran disco. "Hat and Beard" es uno de los mejores arranques que he escuchado nunca. Eric Dolphy era un soñador (casi siempre tocaba con los ojos cerrados, como John Coltrane) y componía una música muy aérea, muy visual y descriptiva, idónea para el cine o para dejar volar la imaginación (por ejemplo, como dices, mientras se limpia la casa). Anthony Williams y Richard Davis están que se salen, y el lirismo de Hubbard y el suspense de Hutcherson son el complemento quimérico perfecto a las abstracciones del maestro.

No sé si has observado que pinchando en los títulos de "Out There" puedes oír unas muestras colgadas en www.amazon.com (son sólo 30" de cada tema, pero te puedes hacer una idea).

"Cookin'" está muy bien para cocinar un hervidico y para después del hervidico, en el sofá, when lights are low.

También me alegro de que te gustara "Tributo a una jazzwoman". Todavía tengo pendiente conseguir la película "Peggy Gilbert & Her All-Girl Band". Parece una obviedad decir que sin las mujeres el jazz no existiría; pero es que es verdad: sin vosotras, nada existiría.

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John: Estou muito grato por sua gentil resposta, e pode estar certo que entrarei em Jaseen muitas vezes, porque eu acho que posso aprender muito com você.

Saúde e um abraço.

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