viernes, 9 de noviembre de 2007

El Jazz en los Dibujos Animados



Cuando hablamos de la más que estimulante y necesaria relación entre el cine y el jazz y hacemos un balance del camino que han forjado en común desde sus orígenes (no olvidemos que nacieron prácticamente al unísono), solemos referirnos con cierto pesimismo a las escasas ocasiones en que ese vínculo ha sido verdaderamente fructífero; citamos, como mucho, tres o cuatro reliquias del cortometraje y cuatro o cinco películas emblemáticas de diferentes épocas; pero nos olvidamos del género cinematográfico que a lo largo de la historia mejor ha conectado con el jazz y más ha favorecido su difusión (desde que se inventó el cinematógrafo constituye una de las principales vías culturales y de entretenimiento para el común de los mortales): los dibujos animados.
No me cabe duda alguna de que la ilustración musical de dibujos animados supuso –junto a las dinámicas e inauditas sintonías de la Vuelta Ciclista a España de principios de los sesenta, que también me marcaron mucho– mi primera y mayor fuente de acercamiento al jazz, omnipresente en cantidad de cortos y largos de las factorías Disney, Warner Bros o Universal. Muchos de ellos son para mí auténticas joyas que determinaron profundamente mi inclinación al jazz durante mi infancia y mi adolescencia. Posteriormente he vuelto a verlos decenas de veces con mis hijos, y no hace mucho he tenido la suerte de encontrar algunos en YouTube; así que no puedo dejar pasar por más tiempo la ocasión de compartirlos con vosotros. Tomadlo también como un modesto tributo a este género de la animación que tanto trabajo ha proporcionado a los músicos de jazz.
El primero, “The Three Littel Bops” (1956), de Friz Freleng, es una versión delirante de la Warner Bros sobre el clásico “Los tres cerditos”, con música de Shorty Rogers. El papel del lobo es impresionante. Lo he encontrado en la versión original y en castellano, así que cuelgo el uno y os remito al otro.

El segundo, “All The Cats Join In” (1946) es una creación de la factoría Disney con dibujos de Fred Moore y música de Benny Goodman. Una deliciosa maravilla –o una maravillosa delicia– y un alarde de técnica plástica y visual.

El tercero, “The Pied Piper Of Basin Street, es una soberbia adaptación del cuento “El Flautista de Hamelín, producida en 1944 por el impar Walter Lantz, dirigida por James Culhane y con música de Darrell Calker (capitaneada por el legendario trombonista Jack Teagarden).

El cuarto y el quinto son los más antiguos, auténticos tesoros para mí: “Music Land” (1935), una Silly Symphony de Disney impresionante de principio a fin; una shakesperiana historia de amor entre dos instrumentos musicales (una viola, hija de la reina del País de la Sinfonía, y un saxofón, hijo del rey de la Isla del Jazz) con una carga específica, unas secuencias y unos “diálogos” inolvidables. Y, finalmente, un documento excepcional: un extracto de la famosa película de John Murray Anderson, “King of Jazz” (1930) que incluye un prólogo animado –el primer cortometraje sonoro de dibujos animados realizado a todo color, obra de Walter Lantz y Bill Nolan– y diversas piezas de la orquesta de Paul Witheman interpretadas por excelentes músicos como el trompetista Harry Goldfield, el violinista Joe Venuti, el clarinetista Chester Hazlett, el trombonista Wilbur Hall o el banjista Mike Pingitori. Un magnífico documento histórico.

Y, de propina, "War Dance For Wooden Indians", un ejemplo de la música trepidante del genial músico e inventor Raymond Scott, quien tanto trabajó para la Warner y cuyo legado es realmente fabuloso.

Apagad las luces, tomad asiento, relajaos, ved, oíd atentamente y… ¡feliz mini-maratón!













(Pinchad aquí para ver la versión en castellano de "The Three Littel Bops").

7 comentarios:

Gloria dijo...

Tremendo regalo para este Sabado en la manhana, gracias!! Hay una comiquita donde un gallo galan pero melancolico, imita a Chet Baker, la has visto? Un abrazote.

Gloria dijo...

Mi preferida la de los cerditos, pero mi hija de 3 anhos pidio repeticion de la segunda porque le encanta pintar. Tienes razon, estas comiquitas son la mejor forma de introducirla al jazz, es hermoso ver como los disfruta, gracias y un beso.

Sebastián Mondéjar dijo...

Azul:

Me alegro de que los hayas disfrutado y, más aún, de que los hayas compartido con tu hija -de quien alabo su buen gusto; "All The Cats Join In" es también la preferida de mi hijo, que ahora tiene 11 años y es un dibujante nato.

La de los tres cerditos es redonda. En casa la conocemos desde hace muchos años. El personaje del lobo es total. ¡Y con qué gracia es redimido de todos sus "desafinados"!

Otra cosa: me encanta la palabra "comiquita"; no la conocía. La verdad es que me parece muy apropiada. ¡Y me resulta tan nuevo ese cambio de género!

Sebastián Mondéjar dijo...

¡Ah!, respecto a la comiquita del gallo galán melancólico que imita a Chet Baker, sí, la he visto, y es genial; mil gracias por recordármela. Me gustaría volver a verla y voy a ver si la encuentro. Un abrazo.

Félix Amador dijo...

Conocía la de los 3 cerditos, pero todos los demás son hallazgos fantásticos. Muchas gracias por la recomendación.

No hay duda de que hubo una época en la que el jazz era una música "popular" que se podía escuchar en cualquier lugar. El cine no se iba a quedar fuera. Por ahí debo tener, perdido en la mudanza, un disco de Louis Armstrong versionando a su manera temas de Disney. Es sólo un ejemplo.

Gracias una vez más.

Esther dijo...

Sebastián, es genial este articulazo tuyo. Me lo he pasado muy bien. Lo quiero ver todo con más calma. Todo es buenísimo! Desde los créditos, los dibujos, la música, el ritmo, el movimiento, el trazo de línea, los colores. Se ve genialidad desbordante!

La de los tres cerditos mola muchísimo. ¿Ya no se hace nada parecido en la actualidad?

Aunque no tiene nada que ver de repente me viene a la cabeza Lisa Simpson y su saxo complejo e intelectual y muy sentimental.

Sebastián Mondéjar dijo...

Félix: gracias a ti por compartirlos y por saber apreciarlos como lo que son. Si te pica el gusanillo y te lanzas alguna vez a la búsqueda, podríamos intercambiar "hallazgos" y organizar otros mini-maratones. Yo también tengo por ahí perdido ese disco de Louis Armstrong del que hablas, en el que versiona temas principales de películas de Disney.

* * *

Esther: tú lo has dicho, desbordan genialidad. Sabía que te gustarían y que, como diseñadora gráfica, valorarías como se merecen estas obras de arte. Recuerdo muchas más, que espero vayan apareciendo. La del gallo galán que comenta Azul Caleidoscopio es magnífica, ojalá dé con ella. A mí también me gustan mucho (y sí tienen mucho que ver) Los Simpsons, y Lisa muy particularmente.

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