miércoles, 16 de septiembre de 2009

'Round About Midnight', de León Molina



¿Qué hay de nuevo, amigos? Sí..., habéis leído bien: 'Round About Midnight', de León Molina.

Regresé de mi limbo veraniego hace unos días, pero dos largos meses alejado de Internet han hecho mella en mi cuerpo, en mi alma y en mi espíritu. Me he actualizado, sí, pero con otras realidades: el mar, la luz, la arena, el aire, los amigos... Y conmigo mismo. En mi cabeza aún resuenan el rumor de las olas y los silbidos del viento de lebeche (predominante por estos litorales en los últimos veranos). Si cierro los ojos puedo ver aún el horizonte y la espuma de las olas impresos en mi retina... En cierto modo, aún me encuentro allí..., o, lo que es lo mismo, todavía no me encuentro aquí del todo.

Así que andaba ya unos días debatiéndome sobre cómo retomar mis quehaceres cibernéticos cuando, de repente, he recordado un poema que el poeta y escritor León Molina me envió hace unos meses. Una joya que ahonda en la esencia del jazz, la música, la poesía y el arte en general. Creo que no habría podido encontrar un mejor puente para mi regreso. Gracias, León.

Supongo que el poema permanecerá aún inédito, como el libro al que pertenece, Llegar, uno de los últimos trabajos del poeta, de quien di cumplida noticia en este blog hace un par de años, con motivo de un artículo suyo publicado en el diario La Verdad que reproduje aquí con su consentimiento; también en mi blog literario le dediqué en su día una entrada con una breve muestra de su producción poética (pinchad aquí si sentís curiosidad).

En fin..., juzgad, gozad y reflexionad por vosotros mismos.

Hola de nuevo, bienvenidos siempre y feliz, próspero y jazzístico curso 2009-2010.


* * *


ROUND ABOUT MIDNIGHT


Oigo de pronto en el arroyo
la música de Monk.

Round about midnight está dentro
del sonido del agua.
Es una variación hermosa
que estoy seguro hubiera sido
del gusto del maestro.
Con los ojos cerrados
disfruto la emoción inesperada
mientras pienso que la naturaleza
en la infinita variación
de sus sonidos guarda
toda la música posible
y que Thelonious Monk
como cualquiera de los grandes
no es más que su afinado instrumento.

Con la última nota
comienza el canto del crepúsculo,
un nuevo tema que con suerte
alguien compuso o compondrá algún día.



-LEÓN MOLINA-



* * *




9 comentarios:

Andres G dijo...

Bienvenido de nuevo, Sebas. La verdad es que sabía que estabas preparando los conciertos con Monda en el Museo de la Ciudad y tal vez, por ello, no habías aparecido aún por tu blog. Pero ya veo que además de ello, otros "asuntos" te han mantenido apartado del espacio cibernético. Yo también he estado algo apartado durante unas semanas, pero también he vuelto a publicar mi parecer sobre la reedición digitalizada de la colección de 13 discos de los Beatles. En cuanto al poema, nos desvela los sentimientos de su autor y, además, nos has posibilitado el recordar (en video) el precioso tema de Monk, que fue un mostruo del piano y la composición. Espero que pronto nos podamos ver con el Monda y todos los demás amigos. Por cierto, que tenemos que volver a visitar a Julio. Nos llamamos. Un abrazo.

Armando dijo...

Bienvenido Sebas.

Abrazo

Blanca Andreu dijo...

Sebas, qué bien que has vuelto al bloguerío. Mira a ver qué te parece lo que he hecho en mi blog con el soneto: le he puesto mega letra y bombo y platillo. El más sabio de los viandantes ( Mario, traductor, experto en clásicas, dice, y yo lo confirmo, que tienes: "Talento a espuertas") Dime si te parece bien

Esther dijo...

Hola Sebas, me alegro que hayas vuelto a tus quehaceres cibernéticos.

Justo estos días estoy viendo a través de youtube vídeos de Monk, realmente inspiradores. Cuando escucho música me gusta ver al músico. Casi más que ponerme el disco.


Que se cumplan todos tus proyectos para esta nueva temporada.

Besos!!!!!

Sebastián Mondéjar dijo...

El bienvenido, siempre, eres tú, Andrés. Luego me paso por tu blog a ver qué dices de los Beatles; yo también los oigo mucho, sobre todo en el coche. No ha habido otro grupo que haya influido tanto en todos los ámbitos, estilos y esferas musicales. ¿Qué músicos no han interpretado temas de los Beatles alguna vez? A ver si nos vemos pronto (y vamos también a ver a Julio). En octubre tocamos en Atomic y en La Muralla. Me alegro de que compartas el espíritu del poema. León Molina es, además de un magnífico poeta, un buen aficionado al jazz y un lúcido observador que transmite sus observaciones en sendos artículos que publica en La Verdad de Castilla-La Mancha.

Gracias, Armando, por pasarte de nuevo por aquí. Disfruté un buen rato anoche escuchando las versiones (o inversiones) de Esquivel.

Hola de nuevo, Blanca. Bombo y platillo es lo mínimo que puedes ponerle a un percusionista de mi talla. Y la letra, bien grande, sí señor, que muchos somos ya carne de presbicia. Ha quedado muy bien. Y seguro que Shakespeare está contento.

Hola, Esther. Así que te gusta ver al músico que escuchas... Tratándose de vídeos o de cine lo entiendo y lo comparto, es otra cosa. Pero cuando un músico toca en directo, a mí me gusta la sensación de estar allí presente, pero suelo cerrar los ojos con frecuencia, porque muchas veces la imagen me distrae, me desconcentra.

Y volviendo al poema de León, ¿verdad que, efectivamente, Monk interpreta en ese vídeo 'Round Midnight' como podría interpretarlo un manantial o un arroyuelo?

Salud y abrazos para todos.

Esther dijo...

Es curioso. A mi me pasa justo lo contrario, me concentro más cuando miro a los músicos. No sé si tendrá algo qué ver mi afición por la fotografía. Para mi la imagen del músico tocando y su música van unidas., me cuesta separarlo.

Me he fijado que hay muchos músicos que cierran los ojos al tocar, y otros muchísimos que tocan sin cerrar los ojos y con miradas muy expresivas. La música se puede sentir con ojos abiertos o cerrados.

Salud!

Sebastián Mondéjar dijo...

Tienes razón, Esther. La verdad es que yo también necesito empaparme visualmente de los músicos, de las luces, de los instrumentos, pero sólo a ratos. A veces toco con músicos que me insisten en que abra más los ojos mientras tocamos y los mire. Como más rápidamente se comunica uno es con la mirada. Pero te aseguro que no hay mayor placer que escuchar con los ojos cerrados lo que estás interpretando junto a otros, independientemente de que estos los cierren o no. Sientes que es la música la que te toca a ti, la que te lleva, la que te hace como músico y como ser. Todo es sonido, y no necesitas de ningún otro sentido para comunicarte.

No sé si viene a cuento, pero hace algunos años escribí más o menos esto: "Cuando escucho la música que me gusta, siento como si quien la interpreta fuese yo".

¡Salud!

Félix Amador dijo...

No hay nada como un tiempo de paréntesis para pararnos a pensar y a reponer fuerzas. Confío en que el otoño te sea propicio.

El poema es excitante. El jazz está en la vida.

Sebastián Mondéjar dijo...

Gracias, Félix, por tus buenos augurios. Y por compartir el poema. Sabía que te gustaría.

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