cuaderno personal de jazz fresco y ardiente y rudo pero sobre todo libre (cool & hot & hard but mainly free jazz personal notebook)
miércoles, 8 de julio de 2009
Palabras Mayores
XII Festival Internacional Jazz San Javier
Auditorio Parque Almansa
Sábado, 4 de julio de 2009
RON CARTER QUINTET
Ron Carter: Contrabajo
Stephen Scott: Piano
Guilherme Monteiro: Guitarra
Rolando Morales-Matos: Percusión
Payton Crossley: Batería
Sí, amigos, palabras mayores: Ron Carter. Palabras ante las que enmudecemos. Historia del jazz viva. Memoria del pasado, del presente e incluso del porvenir. Más que un concierto, El Ron Carter Quintet nos impartió una lección de buen hacer. Un master de perfección. Con humildad y sabiduría. Con emoción, verdad y hondura. Como un rezo a las estrellas. Fue el primero en subir y el último en abandonar el barco. Desde el centro de la cubierta, con los ojos cerrados, rodeado de cuatro músicos espléndidos (tres de ellos, Stephen Scott, Ghilherme Monteiro y Rolando Morales-Matos, participaron en la grabación del álbum que presentaba, "Jazz & Bossa"; sólo faltaba el saxofonista Javon Jackson, y Payton Crossley sustituía a Portinho al frente de la batería), Ron Carter capitaneó la majestuosa nave de su música con sobriedad y dulzura, con elegancia y naturalidad, amarrado como un antiguo Ulises a su contrabajo, que es a la vez el mástil, el remo y el timón, y cautivando desde la primera nota los oídos y las almas de cuantos en aquel océano de serenidad y sabiduría nos dejamos mecer. Fue un viaje iniciático. Partiendo de los cánones más puros, Ron Carter reinventó la tierna y cadenciosa bossanova fundiéndola (permitidme el oxímoron) con la profundidad del jazz más elevado. Durante tres cuartos de hora desgranó ininterrumpidamente sus propias composiciones ('Ah, Río', 'Por-de-sol', 'Obrigado', 'Saudade'...) más dos temas inmortales de Antonio Carlos Jobim, 'Chega de saudade' y 'Wave'. La querencia de Ron Carter hacia la música brasileña no es nueva. Ahí están sus álbumes "Third Plane", "Patrao", "Orfeu" o "Carnaval" para corroborarlo. Pero con "Jazz & Bossa" y esta formación (tres de los músicos que participaron en la grabación son brasileños) ha echado el resto. La calidad, la elegancia, la sensibilidad; la altura, en suma, de todos y cada uno de los músicos que le acompañan es conmovedora. Y no digamos su complicidad.
Pero no puedo dejar de destacar la labor descomunal del superdotado y jubiloso percusionista Rolando Morales-Matos, quien literalmente se lució durante todo el concierto, pero sobre todo en los temas más altos, como el vertiginoso 'Cançao do sal' o el cálido 'De samba'. Rodeado, y no exagero, de un centenar de instrumentos y cachivaches percusivos de todas las especies, Rolando Morales-Matos se multiplicó por cien y, con una precisión milimétrica sobre el tiempo y el espacio, dejó al público boquiabierto. Su forma de interpretar trasciende el universo propio de la percusión para adentrarse en el de la melodía y, más aún, en el de la armonía. Un verdadero mago. El propio Ron Carter, claro está, disfrutó con él como el que más y no dudó en cederle en varias ocasiones todo el protagonismo.
En fin, amigos, cuando acabó la travesía y la tripulación se fue a dormir, la nave se alejó balanceándose con nuestras almas dentro. Si alguna vez atraca en vuestro puerto (aunque sea de secano), por favor, no dejéis pasar la ocasión y subid a bordo.
Mientras tanto, aquí os dejo con algunas de mis fotografías del crucero.
¡Salud y paz!
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9 comentarios:
¡Joder, Sebas! Verdaderamente eres un poeta. Yo creo que no te has prodigado tanto en ese campo (me refiero a colaboraciones en prensa escrita o hablada) como en el de la música. Ya conozco que tienes publicados libros, pero me refería a eso que te indico entre paréntesis. Pues algo parecido (aunque mucho menos poético, pero más periodístico por lógica) es de lo que hablaba mi crónica. Por cierto, también cuento con unas cuantas fotos que te gustaría ver. Nos encontramos el martes, con los tío de la CTI, que eso va a se otra traca musical. Un abrazo.
Gracias, Andrés. La verdad es que me hubiese gustado prodigarme más en ese sentido, ¡pero es que llevo tántas cosas entre manos! Pero bueno, poco a poco...
Nos hemos cruzado cibernéticamente; mientras tú estabas aquí, yo estaba en LA LÍNEA dejándote una letras.
Realmente hemos escrito cosas muy parecidas sobre la actuación de Ron Carter. Tuvimos sensaciones y emociones muy similares. Será porque nuestros cuerpos y nuestras almas son de la misma quinta.
Por supuesto que escucharemos a esos CTÍos. No te digo que nos veremos esta noche porque aún no sé si podré ir; pero, en cualquier caso, un fuerte abrazo y hasta el martes.
Qué bárbaro Ron Carter y qué bien puesto lo dejas, que parece que estuve allí. El jazz se siente. Ahí lo has dejado claro.
Yo, en otra vida, quise se contrabajista. No pudo ser.
Un abrazo.
Felicidades por tu magnífica crónica por esa fantástica foto de Ron Carter y que efectivamente recuerda al astuto Ulises atado al mástil para no ser atraído por el canto de las sirenas aunque ya a estas alturas sin duda no ignora que ellas viven dentro de él.
Vaya, qué nivelazo tenemos por Murcia. Y qué bien lo cuentas. No es lo mismo que haber estado allí, pero ayuda lo suyo.
Abrazote.
Pues en esta vida, Félix, aún estás a tiempo de aprender. La pinta ya la das. Todo es empezar. Seguro que lo harías bien. Nunca te lo he preguntado, pero... ¿tocas algún instrumento, aunque sea un poco? Tal vez toquemos juntos en otra vida. Por cierto, y hablando de contrabajistas, el próximo día 20 viene a La Mar de Músicas Esperanza Spalding. ¿Te animas?
Dr. Krapp: dentro o fuera de él, las sirenas enmudecieron. Sin duda fue uno de los mejores conciertos de toda la historia del festival; y ya ha habido muchos (y muy buenos).
Pues sí, Mr. Jones, la verdad es que por estos lares andamos bastante bien servidos de conciertos del mejor jazz. Ya que Vd. no se acerca, mande a Puto Bocazas de reportero.
Gracias a los tres por sentir y compartir este post.
Ay! Qué gracia, qué bigote y barba más divertido se ha dejado Carter. Tiene otra expresión, ha cambiado de look. Me hubiera gustado estar allí haciendo fotos, de verdad. Además veo que dejan hacer fotos. Aquí, en Madrid, la cosa se está poniendo cada vez peor para los fotógrafos. Ayer mismo estuve en el concierto de Roy Haynes Trío... sólo dejaron tres minutitos en los que no dio tiempo a nada. Además la tarima era muy alta, él muy pequeñito; hubo muy poca luz y él es muy negro.... mi ilusión de hacerle buenas fotos se desvaneció por completo....
Sebastián eres un poeta de los pies a la cabeza, amigo.
Salud y mucho jazz!
ey, que fotos mas chulas! te vi amagado al pie del escenario...jejeje
no me lo pude perder...era concierto obligatorio!
que me dices de la "caja mu" y la "caja cuac" que llevaba el percusionista? jajajaja
no me lo esperaba en un concierto de Ron Carter, y no estoy menospreciando que las usara, es que me hizo mucha gracia...
bueno sebastián, un abrazo
Esther, qué suerte, ¡Roy Haynes! Sin duda es el baterista más presente en toda mi discoteca: ¡ha tocado con todos! El otro día leí unas declaraciones suyas muy lúcidas y humildes en El País. A sus 84 años está hecho un pipiolo. Y es que el jazz es energía, es salud, es vida... ¡Sólo hay que cuidarse un poco! Desde luego,Ron Carter no le va a la zaga ni en lucidez ni en humildad. A mí también me llamó la atención su nueva imagen. Cuando salió al escenario, al principio me costó reconocerlo. ¡A ver cuándo te decides de una vez y vienes por estos pagos...!
Marina, ¡qué gusto tenerte por aquí! La próxima vez que me veas en un concierto, haz lo posible por saludarme, que a mí también me da mucho gusto verte. Rolando Morales-Matos nos demostró que en el jazz cabe todo, incluso las travesuras. ¡En algunos momentos, aquello, más que un barco, parecía el Arca de Noé! ¿Estuviste ayer viendo a CTI All Stars Band? Airto Moreira también se lució lo suyo.
Salud, amigas, gracias por vuestras palabras y un fuerte abrazo a las dos.
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