cuaderno personal de jazz fresco y ardiente y rudo pero sobre todo libre (cool & hot & hard but mainly free jazz personal notebook)
miércoles, 18 de mayo de 2011
XXXI FESTIVAL INTERNACIONAL DE JAZZ: Y el silencio fue tenor
A principios de mayo tendría que haberse celebrado (como, a pesar de sus vaivenes, ha venido sucediendo en las últimas ediciones), el XXXI Festival Internacional de Jazz de Murcia, originariamente denominado “Jazz en la Calle”. Lamentablemente, no ha ocurrido así. Pero aún más lamentable es que nadie haya dicho ni mu. Nadie, al menos, de entre quienes tendrían que haber dado una mínima explicación. A mí, personalmente, no ya como músico, sino como ciudadano apasionado por el jazz desde mi juventud, me sobran palabras para expresar lo que han suscitado en mí la decisión de suprimir el festival (¿por cuánto tiempo?) y el sigilo institucional con el que se ha procedido: perplejidad, preocupación, tristeza, rabia y una enojosa mezcla de vergüenza y frustración. Teníamos que dar la nota y la hemos dado: treinta años de tradición (sí, tradición) tirados por la borda.
De entrada, me pregunto: ¿desde cuándo ha estado esa idea en el centro de la diana? ¿Quién lanzó el primer dardo? ¿Se quiere cerrar definitivamente página en la historia de nuestro festival de jazz, uno de los más longevos de España, y dejar que se abran paso festivales de más reciente implantación? ¿Y por qué unos festivales tendrían que desalojar a otros? A todo esto, ¿ha habido consenso municipal? ¿Todos nuestros representantes políticos han sido informados y se han puesto de acuerdo? ¿Y por qué no se ha advertido a la ciudadanía, y más concretamente a quienes amamos el jazz, a través de los medios? ¿O los aficionados al jazz no somos ciudadanía? Por supuesto, no podemos comparar a los tres mil o cuatro mil fieles aficionados al jazz murcianos (cuando no muchos miles más) con los tropecientos mil que se disfrazan de huertanos el día del Bando de la Huerta. Pero la democracia se creó, entre otras cosas, para proteger y respetar los derechos de todos, mayorías y minorías. Y es innegable que la afición al jazz ha venido creciendo año tras año.
Pero qué voy a decir yo del jazz. Hasta los huertanos lo saben. Porque ser huertano y ser amante del jazz no son modos de ser incompatibles. El jazz es una música universal. El jazz es cultura con mayúsculas (¿qué opinan nuestros gestores culturales al respecto?). En el jazz se funden las músicas y las culturas como en ningún otro género musical. Por eso está presente en todos los rincones de la Tierra. En poco más de un siglo de existencia ha ido propagándose progresivamente por el mundo como una bendición para sus gentes. Centenares o miles de festivales de jazz dan fe de ello. Sólo en nuestra región podemos contabilizar el de Murcia, que fue pionero, al que siguió el de Cartagena y, más tarde, el de Lorca, hasta desembocar en el de San Javier… Y ahí están los resultados. Hay que estar muy ciego para no ver el fruto de tantos años, la respuesta del público, la calidad de las programaciones, el nivel de nuestros músicos y aficionados y la cantera que se ha ido forjando, plagada de jóvenes que saben que para hacer jazz hay que ser un músico de verdad y no basta con saber tres posturas ni pegar cuatro gritos.
Porque el jazz es música de músicas, es fuente de fuentes y bebe de todas ellas. El jazz se aprehende con los sentidos del alma en mayor medida que con los del cuerpo. El jazz congrega a un público culto, limpio, pacífico, responsable y sumamente heterogéneo. Gracias al jazz se han escrito novelas y poemas, pintado cuadros, rodado películas y compuesto bandas sonoras inmortales. El jazz ha dado al mundo a muchos de los mejores músicos de la humanidad, algunos de los cuales, no quepa la menor duda, han pasado milagrosamente por nuestro festival. A nivel personal creo, siento, veo y constato que en pocos años nos hemos venido instalando vertiginosamente en una cultura virtual, como de videojuego, una cultura de usar y tirar. Y de tirar, sobre todo, el dinero; un dinero que se le hurta a la cultura real, a la educación y al conocimiento esenciales, de uso y utilidad imperecederos. Cabría decir que existe una razón rudimentaria: es ésa la cultura que se nos está imponiendo; o, dicho de otro modo: se nos está privando de la capacidad de elegir…
Pero centrémonos en el asunto que nos ocupa. ¿No había otras soluciones, ni nadie contempló otras fórmulas? ¿O lo que no ha habido ha sido voluntad para encontrarlas? ¿Ha sido exclusivamente por dinero, es sólo cuestión de presupuestos? ¿La consabida crisis? ¿Y el jazz tiene que pagar las consecuencias? ¿No hay dinero, nos hemos quedado sin programador, se han echado atrás los patrocinadores? Pues en vez de actuar tan injusta y arbitrariamente cortándoles el chorro a los aficionados al jazz, recortemos un poco de aquí y de allá, consultemos a los interesados, contemos con los demás, ¡seguro que se involucran!, pero no dejemos morir un festival que ha escrito páginas gloriosas en nuestra historia cultural reciente. ¿Este año no había cien mil, ochenta mil, cincuenta mil euros para organizar el Festival de Jazz? ¿No había veinte mil? Con esa cantidad, Zarangojazz, la asociación de músicos y aficionados al jazz a la que pertenezco, se habría comprometido a colaborar, como otras veces, para coordinar y sacar a flote este año un XXXI Festival Internacional de Jazz tal vez más modesto pero no menos digno de su prestigio y trayectoria. Pero ésa era solo una posibilidad más. El festival podría haberse insertado este año, con menos presupuesto, en el XII Festival Tres Culturas. Eso sí que habría sido un gesto de tolerancia que la ciudadanía en general y los aficionados al jazz en particular habríamos entendido y aplaudido. Otra opción habría sido la de procurar que, al menos en parte, el festival se autofinanciara… Y, sin duda, locales ya emblemáticos como La Puerta Falsa o Jazzazza (con sus espacios y sus equipamientos), los músicos murcianos (con su experiencia y su habitual generosidad) y los miles de aficionados (con su lealtad y su pasión inquebrantables) habrían puesto todo de su parte para arrimar el hombro y sacar adelante una nueva edición del festival.
Pero, en fin, teníamos que dar la nota. Y la hemos dado. ¡Menuda nota! Y el silencio fue tenor.
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9 comentarios:
Perfecto! No se puede expresar mejor ni decir con mejores palabras.
Espero y deseo que sea sólo cuestión de un año y el próximo vuelva haber Festival de Jazz en Murcia.
Un fuerte abrazo. zzaJ le aviV.
Dicho queda.
Lo malo es que la administración, cuando suspende algo, no suele dar marcha atrás. Es como los derechos, el que se pierde no se recupera. Mira que propones opciones...
Has chocado contra esa pared espectral formada por la política y sus intereses y aunque has hecho una hermosa loa de esta música la cosa está cruda ya que no oye como todas las paredes, ni siente, ni es sensible a nada que se aparta de sus intereses más perentorios. A fin de cuentas 3.000 ciudadanos no representan casi nada en las urnas.
Más alto, es posible, más claro, seguro que no.
Así nos va luciendo el pelo, mejor me callo porque desde luego que no iba a ser politicamente correcto.
Pero una reflexión, el o los que tiran por la borda con esta alegria años de esfuerzo, se merecen acaso corrección?.........
¡Ay, Sebas! No sé si estás al tanto, pero allá por principios de abril un "pajarito" me pió que este año NO HABRÍA JAZZ EN MURCIA (capital). Como quiera que el tal "pajarito" tan sólo pía, me dirigí al responsable máximo del asunto; a la sazón, el concejal Rafael Gómez, quien no se "encontraba" en su despacho. Pero le dejé mi recado (para que ma llamase y aclarar de manera oficial, que es como se hacen estas cosas en Periodismo), al objeto de contrastar ese rumor. He dejado pasar el tiempo a conciencia, conocedor de que si a los diez días no había habido respuesta DIFÍCILMENTE LA HABRÍA EN EL FUTURO. El concejal -supongo que su secretaria así lo haría- conocía el asunto por el que tenía interés en hablar con él. Pero es lo que tú has venido a decir: HAN DADO LA CALLADA POR RESPUESTA. Y, ciertamente, no me ha extrañado NADA. Porque desde que este partido político llegó al gobierno municipal del Consistorio de la capital, sus "devaneos" para con el Festival de Jazz en la Calle han sido numerosos y diversos. Vamos, que no estaban por la labor de que continuara. Lo que ocurrió es que en aquellos momentos saltaron diversas voces clamando por la supervivencia del mismo y el entonces concejal del ramo, se debió pensar mejor la decisión y decidió su continuación. Incluso, se rescató a quien fue su primer director (el amigo Uli). Pero el presupuesto de un festival tan longevo, como indicas, ha venido siendo irrisorio que casi daba vergüenza que la septima captal española tuviese uno de los más veteranos festivales de jazz, con tan escaso presupuesto frente a otros posteriores que "gozan" de un mayor apoyo económico. Aún así, se han hecho "milagros" de la programación manteniendo una cierta "dignidad" para con este festival.
Pero ese gran "cajón de sastre" que es LA CRISIS ECONÓMICA ha valido -y vale- para muchas cosas. Y el Festival de Jazz de Murcia, no ha escapado, finalmente, a las medidas del sastre que ha visto en ese cajón una salida ¿definitiva? para esta cita tan enraizada en la sociedad murciana, como el propio Bando de la Huerta del que, por cierto, muchos murcianos estamos "hasta la montera" de que se sigan cometiendo tantas "tropelías e irreverencias" en el vestir típico y en unos comportamientos que para nada refelejan el carácter y la manera de ser del murciano.
En definitiva, que si nadie lo remedia (y lo comprobaremos en un futuro muy cercano), MURCIA SE QUEDÓ SIN SU VETERANO FESTIVAL DE JAZZ EN LA CALLE. Ojalá que me equivoque y me tenga que tragar mis afirmaciones, por el bien del festival, de esa música y, sobre todo, de esa inmensa "minoría" que siguen siendo fieles a esta manera de ser y entender la vida. Y mi enhorabuena, Sebas, por haber sido tú quien haya realizado la denuncia públicamente. A mí, con lo de Julio, se me quedó el alma casi sin fuerzas y aún ando recuperándome de ello. Un abrazo, compadre.
Triste noticia expresada magistralmente.
De nuevo queda demostrado que yendo a menos, siempre se puede ir peor.
Lamentable.
Chip.
Hola de nuevo, amigos. Gracias por vuestros comentarios.
Esther, Félix, Doc... Hace aproximadamente quince años también suprimieron el festival, por una pura cuestión de revanchismo político. Como bien recuerda Andrés, el festival nació en tiempos en los que en Murcia gobernaba el PSOE. Pero en aquel entonces los músicos y aficionados nos manifestamos y conseguimos que lo reeditaran, aunque desde entonces no han dejado de marear la perdiz y el festival ha venido sufriendo grandes saltos de calendario e incluso de ubicación espacial, por no hablar de los recortes en su presupuesto. A pesar de ello, es un festival que siempre ha tenido muy buena aceptación y que ha ennoblecido nuestras calles, nuestras plazas, nuestros locales de jazz y nuestro hoy triste y comatoso teatro Romea. La gestión del dinero público en el ámbito cultural está en manos de una camarilla de iluminados nombrados a dedo y ha sido absolutamente desastrosa en los últimos años. Pero, en fin, nosotros a lo nuestro. Estamos ya pensando en acciones concretas (y en clave de jazz, por supuesto) para que nuestras quejas se hagan eco. Y este post está surtiendo efecto. Hoy me han llamado de Onda Regional para emplazarme a hacerme una entrevista. Os mantendré informados.
Goio, para esta gente hasta la correción llega a ser una afrenta. Se creen en posesión de la razón y la verdad y no admiten opiniones no ya contrarias, sino sencillamente diferentes a las suyas.
Compadre, lo que cuentas es muy interesante y, como siempre, dices verdades como puños. Si, como tristemente auguras, el festival desaparece definivamente, tendremos que inventarnos algo para que el jazz regrese a Murcia. Como dijo un buen amigo mío, José María Cánovas, hace muchos años: "Si no tienes dinero, date un martillazo en la cabeza y rompe la hucha de tus ideas".
Hola, Chipola, bienvenido y gracias por tus palabras y tu adhesión. Es un placer y un lujo tenerte por aquí. Vuelve cuando quieras..., últimamente estoy muy ocupado y tengo esta sopa bastante abandonada, pero, como ves, alrededor de ella se reune muy buena gente.
Un fuerte abrazo a todos y, como dice Esther, !zzaJ le aviV¡
Pues se siente que se pierda algo así, Sebas. Yo creo que con el sueldo anual de un concejal se puede hacer un festival majo. No digamos de un diputado autonómico. Y para lo que sirven...Te mando al loro y el kalashnikov para que hagáis una propuesta.
Salud.
Gracias, Troglo, pero yo creo que con el loro solo sería suficiente. Estamos cargados de razones y calibrando ya acciones muy concretas, por lo que creo que su experiencia podría sernos útil. En todo caso, dile que se traiga el clarinete.
Entretanto, procuraremos vencer el mono del festival con nuestras jam sessions, nuestros bolos y escuchando el sábado a Dick Oatts en Jazzazza.
¡Salud!
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