miércoles, 26 de septiembre de 2007

Vuelve Zarangojazz


Alan Kennedy, saxofonista de Funk Thing

Tras el descanso veraniego, comienza el curso 2007-08 y la Asociación Zarangojazz retoma la iniciativa programando para el próximo sábado 29 de septiembre, a las 23:00 horas, su primera actividad: una sesión de jazz murciano en Jazzazza a cargo del septeto FUNK THING, un grupo fundado en 2005 que mantiene desde sus inicios una formación estable.

Elena Gómez, voz; Alan Kennedy, saxos tenor y soprano; José Antonio García, trompeta; Roberto Gimeno, guitarra eléctrica; Rubén Cerezo, piano y teclados; Víctor García, bajo eléctrico y José María Gallego, batería.

Entre otros eventos, en noviembre de 2006 pudimos escucharlos durante el Ciclo de Jazz Sesión Continua organizado por Zarangojazz y el Ayuntamiento de Murcia en el Auditorio de La Alberca, en donde compartieron cartel con TRAFFIC JAM y THE SMART SET TRIO + MARCIAL PICÓ. Actualmente preparan la grabación de un CD recopilatorio con versiones de temas de jazz estándar.

Feliz regreso y fructífero futuro a este magnífico tándem formado por la Asociación Zarangojazz y Jazzazza (ce n'est pas un bar), que, junto a La Muralla del Rincón de Pepe, es uno de los pocos locales de la región que apuesta por la difusión y el desarrollo del jazz murciano.

martes, 25 de septiembre de 2007

Prisca Dávila, frescura criolla


Fotografía: Miguel Ángel Urbano

Acabo de descubrir (ignorante de mí) a Prisca Dávila.

Pero ya no la perderé de vista, porque, por lo que se ve (http://www.prisca.com.ve/), está haciendo historia. Su formación es sólida; su trayectoria, impecable; sus posibilidades, infinitas.

Hace un jazz muy arraigado a la música popular venezolana, tan estrechamente unida a la danza.

Este tema, Pikirillo, compuesto al alimón por ella y por su padre, Eduardo Dávila, es un joropo.


[Prisca Dávila, piano y voz; Eduardo Dávila, flauta travesera; Rodner Padilla, bajo eléctrico; Roberto Koch, contrabajo; Gerardo López, batería; Alexander Livinalli, percusión; William Sigismondi, Bárbara Frometa y Eduardo Dávila, coros.]

sábado, 15 de septiembre de 2007

Yo también estuve en el Lemon Pop


Astrud

No sólo de jazz vive el hombre. Todos los años procuro pasarme por el Lemon Pop alguna que otra noche para conocer, descubrir, curiosear, ponerme al día escuchando a grupos jóvenes (y no tan jóvenes), tomarme una copa y encontrarme con algún amigo.


Vasos de tubo de plástico boca abajo

Además de una aceptación y una capacidad de convocatoria considerables, el mundo del pop tiene mucho en común con el mundo del jazz. Por eso ambos tienden tanto a intercomunicarse melódica, armónica y rítmicamente. En los ríos de sus respectivas geografías (que le pregunten, si no, a Diego A. Manrique) el trasvase mutuo es caudaloso. Y el público que acude a los conciertos suele ser pacífico, educado, entendido y muy heterogéneo.

Instante en que me percaté de la presencia del Sr. Espejo



El Sr. Espejo


"A lo mejor, estos que están tocando ahora son los buenos".

Esta frase del poeta José Daniel Espejo define a grandes rasgos la actual altura del listón del Lemon Pop Festival 2007.

Buen público. Buen ambiente. Puesta en escena correcta. Nivel de calidad de grupos, sonorización y organización bastante irregulares.

Lo mejor de lo que escuché en las noches del viernes 14 y del sábado 15 fue Maika Makovski, sin ninguna duda. Simpatía, garra, saber estar y profesionalidad. Naturalidad cien por cien. Después de su concierto cambié con ella algunas impresiones.

Primero la sorprendí sorbiendo un trago


Maika

y luego me sorprendió ella a mí posando para mi modesta e indefensa cámara con esta cara de mala:

Makovski

También me gustaron la solidez de Jorge y la finura de Jeff, bajista y guitarrista respectivamente de Aluminum Babe.
Y nada más que decir; salvo que, la segunda noche, los grupos supuestamente buenos tampoco sonaron nada bien, Sr. Espejo.

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Maika Makovski

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Aluminum Babe

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Astrud

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jueves, 13 de septiembre de 2007

Un artículo de León Molina


(Fotografía: Flora Molina)

Por su interés, y con el consentimiento expreso de su autor, reproduzco aquí un artículo del escritor y poeta León Molina, publicado hace aproximadamente un mes en la columna El Puente de la edición albacetense del diario La Verdad y en el blog que, bajo ese mismo nombre (http://elpuente.blogia.com/), reúne todas sus colaboraciones en el susodicho diario desde abril de 2006 hasta nuestros días.
No es (¿o sí?) exactamente un artículo sobre jazz; o, al menos, no exclusivamente; pero está vertebrado sobre la figura de uno de mis músicos de jazz predilectos: el inefable trompetista y vocalista Chet Baker.
En realidad, se trata de una crítica concisa, lúcida e incontestable al farragoso mercado del arte ("el arte como mercancía") en cualquiera de sus manifestaciones (poesía, cine, música, pintura...) a la vez que un audaz pero sereno llamamiento a la subversión, a la extrañeza, a esa dosis de "irracionalidad" o de "locura" que toda manifestación artística debe comportar para ser fértil y auténtica.
León Molina nació el 19 de abril de 1959 en San José de las Lajas (Habana, Cuba), pero vive en España desde los 8 años y en Albacete desde los 12. Estudió Filosofía en la Universidad de Murcia y es autor de los poemarios Señales en los puentes y El son acordado, ambos publicados por la Diputación de Albacete. Buena parte de su obra figura también en sendas antologías (Antología poética de autores albacetenses, Poetas de La Confitería...) editadas igualmente por la Diputación de Albacete y por la Universidad de Castilla-La Mancha.
Dicho lo cual, aquí os dejo con su artículo.

¡Gracias, León!



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Un país normal


Monumento a Chet Baker en Amsterdam,
por Jeroen Coert (en Wikipedia)


El gran trompetista de jazz Chet Baker sabía extraer de su instrumento sonidos aterciopelados y envolventes. Y lo hacía a través de composiciones que sin embargo se encuadraban por derecho propio en el revolucionario bebop que cambió para siempre el jazz y, seguramente, toda la música posterior. A veces también cantaba. Y lo hacía con una sorprendente voz aniñada y femenina que más que cantar susurraba viniendo a ser una extensión de los sonidos de su instrumento. Su mente torturada por problemas de personalidad y drogadicción encontraban en la música toda la armonía que faltaba en su vida. Escuchar en silencio y soledad un tema de Chet Baker es obtener la paz y cordura de la belleza bebiendo en las fuentes de la locura. Esta mágica trans
formación está en la base de una parte considerable de las obras de arte. El orden y la belleza nacen del caos y la confusión. Por eso encontramos con frecuencia artistas que andan realmente como perdidos en la vida ordinaria y muy mal dotados para resolver los problemas de orden práctico que esta, como a todos los demás, nos plantea. Para que surja la belleza hacen falta unas gotas de locura, o si lo prefieren, hace falta la irracionalidad de la sorpresa. La repetición de lo mismo, de los descubrimientos ya sabidos sin aportar novedades es aburrido y vulgar. Esto le pasa por ejemplo a la música de consumo que escuchamos a todas horas por la radio, o al cine desesperantemente tonto con que nos quieren machacar, o a la legión de poetas que escriben como alguien que ha triunfado mediáticamente, o al arte plástico chorra con ínfulas de trascendencia que ya casi nos hace pensar que hacer el idiota con un pincel es algo respetable si se le echa el morro y las poses necesarias. El arte como mercancía es el más íntimo enemigo del arte. Quizás por eso hay hoy en día un buen nivel en la poesía en nuestro país, porque ni los más grandes consiguen ganar un duro con ella. Esta necesidad de locura, de rotura del discurso sabido, puede incluso hacerse extensible al pensamiento en general en cualquiera de las disciplinas que se aplique, por lo que considero que el pensamiento, la cultura y el arte viven una época gris en nuestro país. Quizás se me podrían dar ejemplos de lo contrario, pero con toda probabilidad serían los frutos de algunos locos que tocan solitarios bellas baladas a la trompeta, mientras la mayoría se pone en los oídos tapones marca Bisbal. Lo normal es estéril y produce obras vulgares. Y nuestro martirizado país, por suerte, ya ha conseguido ser un país normal, por desgracia.

León Molina

Albacete, 9 de agosto de 2007.



miércoles, 12 de septiembre de 2007

¡Hasta siempre, Joe!



El pasado 7 de agosto, Joe Zawinul era ingresado en un hospital de Viena (la ciudad que le vio nacer en 1932) a causa de un tumor maligno (un cáncer de piel). Ayer, 11 de septiembre de 2007, fallecía. Hoy, en su Web oficial, tan sólo puede verse alguna que otra foto y leerse un escueto epitafio: "Joe Zawinul was born in Earth time on 07 July 1932 and was born in Eternity time on 11 September, 2007. He, and his music, will continue to inspire!" ("Joe Zawinul nació el 7 de julio de 1932 para el tiempo terrestre y el 11 de septiembre de 2007 para la eternidad. ¡Él y su música continuarán inspirando!").

Su legado musical es inconmensurable, desde sus magistrales y decisivas aportaciones a las bandas de Maynard Ferguson, Dinah Washingtong, Cannonball Adderley o Miles Davis a su labor al frente de Weather Report y The Zawinul Syndicate.

Sobran las palabras. Pero ahí queda su obra, con temas tan gigantescos como In A Silent Way o Birland.

Joe Zawinul ha muerto. ¡Viva Joe Zawinul!



Fotografía: Curt Bianchi, autor de la Web No Oficial Zawinul Online


Un año sin Julio Muñoz

[Obituario publicado hoy en la edición impresa del Diario La Opinión de Murcia bajo el título 'Un año sin un emblemático bajista de ...